En un momento en el que han nacido nuevas cabeceras de prensa, cuando los muros de pago crecen en lectores e ingresos y cuando incluso algunos grandes grupos de comunicación reparten dividendos, la patronal de prensa española pretende que buena parte de los trabajadores y trabajadoras de la prensa diaria escrita y digital no tengan una
subida salarial justa y suficiente. Después de más de ocho meses de negociación del VII Convenio Colectivo Estatal del Sector de Prensa Diaria, la patronal Asociación de Medios de Información (AMI) ha planteado una oferta que los sindicatos rechazan sin ambages: Un incremento del 1 % del salario a redactores, redactoras y personal de ese grupo en otros departamentos para este año, y ninguna subida para redactores jefe, jefes de servicio o de departamento y jefes de sección.
Además, en contra de lo que se ha acordado siempre en los convenios anteriores, la patronal propone que ese incremento se cobre a partir del día en que se firme el convenio, sin recuperar los atrasos correspondientes al tiempo transcurrido desde el 1 de enero de 2022, cuando expiró el convenio actual.
Los representantes de Comisiones Obreras (FSC-CCOO), Unión General de Trabajadores (FeSMC-UGT) y Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), las tres organizaciones que negocian este convenio, consideran que esta propuesta de la patronal es una auténtica provocación que dificulta enormemente las posibilidades de alcanzar un acuerdo. Pese a ello, continúan negociando y han respondido a la AMI que, si persiste en su actitud, convocarán acciones de protesta en el sector, sin descartar la huelga.
Desde que se iniciaron las negociaciones, en enero, solo ha habido seis reuniones por motivos atribuibles exclusivamente a la AMI. La representación sindical, consciente de las dificultades económicas por las que atraviesan las empresas, planteó en enero una plataforma moderada para el nuevo convenio. A pesar de la elevada inflación y la subida del Índice de Precios al Consumo (IPC) que se ha registrado desde entonces, ha mantenido las mismas peticiones para negociar.
Frente a esa propuesta, que estas organizaciones sindicales continúan negociando con la voluntad de alcanzar un acuerdo satisfactorio para las dos partes, la patronal plantea ahora el 1% de incremento salarial con las exclusiones citadas y sin recuperar los atrasos, pese a tratarse de un sector en el que buena parte de las plantillas trabajan más horas de las que corresponden y no las cobran.
La patronal, además, se niega a pagar los domingos trabajados desde el primero, en vez de hacerlo desde el duodécimo como hasta ahora; rechaza vincular los salarios al IPC, no acepta ninguna otra mejora y, por si eso fuera poco, ni siquiera dice si la subida del 1% sería también para el año próximo o más. Con el argumento de que la situación económica actual es difícil, como en todos los sectores, con su propuesta pretende que los y las trabajadoras del sector sean los que paguen otra vez las consecuencias de la crisis.
Lo único que ha aceptado la patronal, tras muchos años de exigencia por parte de las organizaciones sindicales, es eliminar la figura del auxiliar de redacción. Pero se niega a eliminar también la figura del ayudante de redacción como reclaman los sindicatos, y propone que, además del periodo de prueba, en ese grupo habrá que permanecer tres años para acceder al de redactor B. Así, las empresas podrán tener a profesionales durante 36 meses con un sueldo que ahora es de 18.902 euros al año pero hacen el mismo trabajo que quienes cobran 4.000 mil euros más.
Los representantes de CCOO, UGT y FeSP van a continuar negociando con la mejor voluntad y buena fe, porque su intención es alcanzar un acuerdo. Por ello, hacen un llamamiento a la patronal AMI para que rectifique, asuma que las consecuencias de las dificultades económicas no pueden recaer con más intensidad sobre sus plantillas, no dilate más las negociaciones y no obligue a los sindicatos a convocar medidas de protesta
que ninguna de las dos partes quiere.